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Trabajamos con semillas ecológicas, elaboradas por agricultores ecológicos en tierras donde no han sido empleados productos químicos de síntesis.
No están tratadas con ningún tipo de conservante, ni fungicida ni insecticida y cada semilla conserva toda su capacidad germinativa natural.
Empleamos semillas de variedades puras en su mayoría (95 %), producidas por pequeños productores y apostamos por semillas de variedades antiguas y locales, huyendo del monopolio de variedades híbridas creadas por grandes multinacionales.
Importancia del uso de las semillas ecológicas.
La semilla es la esencia de la planta y su producción intensiva a base de fitosanitarios (pesticidas, abonos...) es muy contaminante. A partir del año 2002, los agricultores biológicos deberán emplear semillas biológicas.
Pocos agricultores biológicos consideran hoy en día que utilizar semillas biológicas sea una cuestión primordial. ¿Qué importancia tiene el origen de las semillas si el cultivo se realiza sin ningún tipo de tratamiento? La planta que obtendremos será igualmente sana y equilibrada. Es cierto, pero ¿podemos apoyar a la vez la agricultura biológica y a las grandes multinaciones productoras de semillas que producen sin ningún respeto por el medio ambiente?
La producción de semillas es una de las actividades agrícolas más contaminantes que existen, pues con la excusa de que las plantas no están destinadas al consumo humano, se utilizan grandes cantidades de abonos, pesticidas, defoliantes y hormonas. Resultaba un contrasentido que el reglamento europeo sobre la producción biológica permitiera a los agricultores la utilización de semillas convencionales. De echo, los agricultores biológicos estarán obligados a utilizar semillas biológicas a partir del 2002. Las moratorias se entendían como un periodo de adaptación hasta que se "crearan" productores de semilla y plantel ecológico suficientes para abastecer a los agriicultores de cada comarca.
La utilización se semillas bioógicas en agricultura biológica no es sólo un problema de reglamento ni un problema agronómico: es una cuestión moral. La semilla es la esencia de la planta y debe ser obtenida con los mismos métodos respetuosos con los que cultivamos las plantas.